


PÁJAROS EN MI CABEZA
EXPOSICIÓN INDIVIDUAL : MARIFÉ NÚÑEZ
Texto crítico: Patricia Bueno
La idea de este proyecto gira en torno a una ficción introspectiva y sensible, íntima, que indaga en torno a la evolución de las etapas de la vida de la mujer, desde una perspectiva actual, teniendo como eje la idea del empoderamiento femenino en pro de la búsqueda de la igualdad de género.
La exposición se plantea como una reflexión personal de la propia artista, una proyección de la psique de la mujer actual, cristalizando deseos, anhelos y metas comunes a todas que trata de manera metafórica, a la vez que denota una muestra de afecto a lo que ya ha alcanzado desde su perspectiva vital, todo ello, desde criterios estéticos acordes, con una amplia coherencia y un sentido de la belleza absolutamente contemporáneo que a su vez respeta los cánones artísticos clásicos.
En su configuración, el trabajo de Marifé Nuñez refleja la hegemonía del propio yo, un compendio de visiones en el que se combina el pensamiento crítico y la idea súbita de forma que se da poder a la voz del subconsciente humano como foco de voluntades, y desemboca en un mensaje común acerca de la evolución del prototipo de mujer actual de nuestro contexto, con el que la autora se identifica: decidida y curiosa y activa.
Visualmente, la exposición consta de dos piezas instalativas, una videocreación y una serie de retratos bidimensionales, (titulados con la frase que da nombre al proyecto) llevados a cabo con técnica mixta. Esta serie consiste en imágenes femeninas
envueltas en un halo espectral ácido y quimérico que contiene una gran carga simbólica. Los distintos pájaros que coronan a las mujeres que retrata, son símbolos de facetas propias que la artista quiere resaltar. La fuerza, la libertad o el dinero la belleza, la creatividad o el éxito, entre otros, son conceptos que se han asociado a lo largo de la historia al pavo real, la gallina o el flamenco.
Por otra parte, gran el ojo de neón que presentan estas imágenes refuerza esta idea y la lleva a un plano más trascendental, místico, que alude a la evolución del ser humano a algo superior, casi transhumano que refuerza el vínculo con el espectador y dota de vida la imagen, como si de alguna manera, esta efigie, tuviese la capacidad de observar a quien le observa.
Las protagonistas de estas imágenes tienen cierto aire regio como si de un “retrato a lo divino” de Zurbarán se tratase. Son mujeres normales que presentan atributos que la llevan a convertirse en una versión enaltecida de ellas mismas. Esta serie, de gran presencia en la muestra, son, sin duda un deseo de pervivencia y reafirmación que se pone de manifiesto a través del uso del retrato como emblema de poder cargados de intención pues “ representan, de alguna manera, a mujeres guerreras, napoleónicas, de época, con porte y simbología”, en palabras de su propia autora, pero lo hace llevándolo a su terreno.
Plásticamente, esta serie está resuelta mediante diversos lenguajes. El uso de la fotografía, el collage, la pintura o la instalación de luz consigue revisionar el género de una manera valiente.
Un arte directo y reflexivo lleno de honestidad y fortaleza, que le da gran importancia a las atmósferas, electrizantes y artificiosas, ficticias, que recrean un mundo soñado, deseable y utópico para habitar hoy en día, entre la poesía y la ilusión.
Comisariada por Patricia Bueno.
Artista colaborador: Yeyo Arguéz